Los cinco barcos que tomaron la opción de ir al Este, (Weijl, Marin, Miro, Caracci y Verrier), se han encontrado inmersos en una calma total entre las islas de Gran Canarias y Fuerteventura. Una vez dejan atrás el archipiélago canario, la flota se dirige hacia Cabo Verde.
En una virada Toni se encontró con la quilla basculante bloqueada. Al bajar a la cabina comprobó que se le había salido el eje de la quilla y se vio obligado a regresar a puerto para evaluar convenientemente la avería. Su equipo de tierra pudo conseguir una grúa y volvió a encajarlo. Tras comprobar que la seguridad del barco no quedaba comprometida, Toni volvió a zarpar con casi dos horas de retraso.
Las primeras horas de la Charente-Maritime/ Bahia Transat 6,50 están siendo muy emocionantes. La situación meteorológica, con vientos predominantes del sur obliga a la flota a ceñir. Y como siempre que se trata de ganar barlovento, la táctica se impone a la velocidad pura. El grueso de la flota empezó con un bordo hacia poniente, pero mediada la noche viró en busca de la costa africana. Allí, un grupo de cuatro barcos comenzaba a recuperar millas y a mostrar que habían arriesgado bien. Entre los cuatro hay tres españoles del Equipo Mini GAES Solidaria: Gérard Marín, Toni Weijl y Joel Miró. Anna Corbella y Juan Carlos Sanchis optaron por la mantenerse con el grueso de la flota, sabedores que con los tiempos que acumulan de la primera etapa, no necesitan arriesgar en una decisión que, si bien les puede hacer ganar muchas horas, también se las puede hacer perder. El sexto integrante del equipo español, Hugo Ramón, se decantó por una tercera táctica cuando la cabeza de la flota viró hacia la costa africana: seguir ganando millas hacia el oeste.
El sábado 3 de octubre se dará la salida de la segunda etapa,
Ahora toca reparar todo lo reparable, los timones han quedado inservibles, se tendrán que construir unos nuevos, un objetivo difícil, dado el poco material del que se dispone.
Gabriel, un amigo de l’Escala, llama para ofrecer los timones de su barco, son del mismo molde, pero construidos en fibra, esta parece la mejor opción y la mas rápida, con unas pequeñas modificaciones, podrán adaptarse rápidamente al 684 GAES – MINI NUI.
Las velas se llevan a un velero, hay que coser la mayor y el genova, también se ha de arreglar el piloto, Antonio de la Base Naval de Funchal, nos ayuda a encontrar un tornero, que tendra que rehacer la pieza del soporte.
Durante estos 10 días en Funchal, se respira un buen ambiente, los pantalanes están abarrotados de herramientas, timones rotos, velas…. ¡Se acerca el gran día, hay que tenerlo todo a punto para la salida!.
Toni llega a Funchal el miércoles 21 de septiembre a las 13:21:20 después de 7 días, 23h y 4’.
Deja atrás una primera etapa muy accidentada, en que llegar a Funchal ha sido todo un éxito.
La primera noche en el golfo de Vizcaya, rompe un timón con 20 nudos de NE. Tarda más de 5h en poder instalar el de repuesto.
Mientras trabaja, oye un ruido a su proa, al levantar la cabeza ve un arrastrero a menos de veinte metros de su barco. Da un golpe a la caña para evitar el choque, aun así, pasa demasiado cerca de la popa del pesquero y su quilla queda cogida al cable de la red, poco a poco, la proa de su mini se adentra en la oscuridad del mar, pero una ola oportuna le da un golpe en la amura, el mini escora y como por arte de magia queda libre, respira hondo, termina de montar el timón y reanuda su camino.
Es segundo día, se rompe el sector del brazo del piloto automático, puede continuar con el piloto de reserva, pero este no termina de funcionar bien, ya que el captador de ángulo esta en la pieza rota, y cuando el piloto se calienta, se apaga, dejando de funcionar, tiene que replantearse el ritmo de regata para poder descansar.
Al pasar el Cabo de Finisterre, se encuentra con olas muy cortas que alcanzan los 3 y 4 metros, el viento arrecia hasta los 25 – 32 de N NE, navega con el piloto de reserva pero al calentarse se apaga, el barco traslucha y se rompe el pinzote de la botavara.
Tercera noche, a la altura de Lisboa, sin más, se parte por la mitad el segundo timón, ahora sí que tiene que tomar la dura decisión de continuar o no en regata, la decepción es total y comunica al barco de seguimiento que se dirige hacia la Península para intentar repara dentro de las 72h que da la organización.
El parte da calmas para los próximos 2 o 3 días, le quedan 500 millas hasta la línea de arribada, que son muchas para hacerlas con un solo timón, pero decide intentarlo, riza a tope las velas y despacito…. consigue llegar a Funchal!!!
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